Un buen momento para pensar "A contramarcha"
Las lesiones por hechos de tránsito constituyen la primera causa de muerte y secuelas graves en niños y jóvenes ¿cuál es la forma más segura para trasladarlos en auto?
Por Ana Belén Ehuletche
Del equipo de MyNS
Más familias se interesan en trasladar de forma segura a bebés, niñas y niños, lo que amplía las dudas y genera debates. En los últimos años desde Europa y Estados Unidos recomiendan que los niños viajen en contra del sentido de la marcha hasta los 4 años.
Por eso, a partir de recibir mayor cantidad de consultas sobre uso de Sistemas de Retención Infantil (SRI) en general y hasta cuándo es recomendable que los niños viajen a contramarcha (ACM) en particular, desde Mamás y Niños Seguros, representante de Safe Kids Worlwide en Argentina, realizamos un relevamiento para conocer cuál es la mejor recomendación que podemos ofrecer.
Ante todo, es importante aclarar que el uso de SRI es obligatorio por ley, hasta los 10 años en la Argentina (aunque técnicamente es importante que alcancen el 1.50 metros de altura y eso sucede cerca de los 12 años). Aun así, los relevamientos muestran que menos del 50% lleva a sus hijos de hasta 4 años sujetados con la “sillita” y, en términos generales, sólo 3 de cada 10 niños utilizan SRI.
Muchas veces se utiliza el cinturón de seguridad, pero este elemento fue diseñado teniendo como parámetro adultos de más de 1,50 metros de altura. Luego se comenzaron a diseñar elementos más seguros pensando en la estructura ósea y contextura física de los más pequeños.
Hoy existen una importante cantidad de sistemas con distintas opciones de anclaje al vehículo y han proliferado normas técnicas, avaladas en testeos que muestran que los SRI, bien instalados, reducen las defunciones de lactantes un 71 por ciento y, en general, en un 70% los riesgos de lesiones graves o fatales ante un incidente vial.
Hasta hace pocos años la Academia Americana de Pediatría recomendaba que por lo menos hasta los dos años de edad, los niños debían viajar a contramarcha, pero desde 2018 extendieron la edad mínima a 4 años. La recomendación se difundió a través de un comunicado oficial publicado en AAP News, la revista oficial de la Academia Americana de Pediatría: "Los niños deberán viajar a contramarcha en su sistema de retención infantil el mayor tiempo posible, hasta los límites especificados por el modelo de silla que usen. Esto incluiría virtualmente a todos los niños menores de 2 años y a la mayoría de los niños hasta los 4 años de edad", especifica la APP.
Según explica la entidad médica, la recomendación se basó en parte en un estudio de 2007 que encontró menores riesgos de lesiones para niños de 1 a 2 años que estaban mirando hacia atrás en un choque en comparación con mirar hacia adelante (Henary B, et al. Inj Prev. 2007; 13: 398-402). “Los hallazgos fueron consistentes con la investigación biométrica, los datos de simulación de choque y la experiencia en Europa, especialmente en Suecia, donde muchos niños viajaron mirando hacia atrás durante mucho más tiempo que los niños estadounidenses”.
Distintos especialistas coinciden al explicar que en una colisión frontal o por alcance, la inercia del movimiento lanza a los ocupantes del vehículo hacia adelante. En una silla a frente marcha, el arnés o el escudo retienen el cuerpo del niño, pero no su cabeza, que sale proyectada hacia delante tirando del cuello con una fuerza brutal, que provoca la decapitación interna. Entonces, la única forma de evitarlo es impidiendo el movimiento de la cabeza, y eso sólo se logra con un asiento con sistemas ACM.
“Los niños que pueden usar un asiento para automóvil con arnés son las personas más seguras en un automóvil, por lo que si un niño puede caber en un asiento para automóvil con arnés, debe usarlo”, recomienda Lorrie Walker, asesora Técnica y de Capacitación especializada en Niños Pasajeros de Safe Kids Worldwide y apunta que “los adultos en un automóvil, en cada viaje deben usar el cinturón de seguridad para mostrar a los niños que esta es una característica de seguridad importante, ya que los niños quieren ser como sus padres”.
Tanto en Suecia como en Noruega viajar de espaldas es la única opción. En España es obligatorio que los menores se desplacen en sillas homologadas hasta los 12 años. Los bomberos de Madrid recomiendan los 4 años como la edad mínima para que todos los niños viajen a contramarcha.
Y en el portal "En Familia" de la Asociación Española de Pediatría, la Dirección General de Tráfico (DGT), en la Guía general de uso de SRI, en el apartado de "Reglas de Oro" incluye: "Coloca la silla el mayor tiempo posible en sentido contrario a la marcha".
“España es hoy uno de los países que más está avanzando en términos de seguridad pasiva infantil. El debate ya no gira en torno a si el niño tiene que ir en sillita o sin ella, sino que empieza a girar en torno a si esa sillita tiene que ir a favor o en contra de la marcha, lo cual supone un salto cualitativo importante”, reflexiona Cristina Barroso, consultora en Sistemas de Retención Infantil y portavoz del modelo sueco de seguridad infantil en Madrid, España.
En esa misma línea el Décalogo de Seguridad Vial Infantil, presentado por la DGT y la Alianza Española por la Seguridad Vial Infantil (AESVI), también recomienda llevar al niño en sentido contrario a la marcha el mayor tiempo posible, respetando las limitaciones establecidas por los fabricantes de sistemas de retención infantil y del vehículo.
“Se aconseja a los padres a no mover la silla a favor de la marcha solo por haber cumplido los dos años de edad, sino a postergarlo siempre que sea posible: se recomienda que continúen llevando a sus hijos a contramarcha el mayor tiempo posible, preferentemente hasta mínimo los cuatro años de edad”, describe el texto.
¿Y por casa?
“Cuando hablamos de cómo trasladar niños nos encontramos con una multiplicidad de normativas que tienen que ver con la capacidad de cada jurisdicción de adherir o no la norma nacional, y generar sus propias leyes en materia de tránsito”, plantea Axel Dell`olio, licenciado en Seguridad Vial y titular de la Asociación para la Disminución de Siniestros Viales (ADISIV) que lleva adelante el programa Mamás y Niños Seguros (MyNS) en la Argentina y es representante de Safe Kids Worldwide en el país.
Además de generar muchas complicaciones en el día a día esto crea “zonas grises”, señala el especialista ya que “al no saber realmente qué es lo que está bien, se amplían las posibilidades de especulación ¿cómo puede ser que en una provincia sea obligatorio usar SRI hasta los 10 o 12 años y en otra directamente no exista legislación?”.
“Bueno –agrega-, eso mismo es lo que nos impulsa a delinear reglas básicas más allá de las particularidades de cada región del país, desde nuestros programas enfocados en promover las condiciones de mayor seguridad para el traslado y circulación de bebés, niños y niñas”.
Dell`olio cuenta que en esa búsqueda encontraron que “es saludable que los niños viajen a contramarcha la mayor cantidad de tiempo posible”, pero advierte que lo prioritario en el ámbito local es incrementar el uso de SRI y “lograr que se incluya entre los cuidados básicos del recién nacido, salir de la maternidad en una sillita segura, bien sujeta y colocada”.
“Además –añade-, tenemos que trabajar para mejorar la seguridad en los vehículos, generar condiciones para que los adultos puedan acceder a una sillita con la misma facilidad que compran un celular de más de 20 mil pesos”.
En el mismo sentido se expresa Lucas Navarro, responsable del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y explica que “no hay que adelantar el paso de un sistema a otro, sino revisar las indicaciones del manual del auto y de la silla y utilizar hasta los máximos indicados”.
El pediatra se alinea a la recomendación de la APP, y advierte que un estudio del Consejo de Seguridad Vial de Santa Fe señala que “la mitad de las personas que ingresan a hospitales públicos por siniestros viales quedan con alguna secuela, muchos de ellos son niños de entre 5 y 14 años”.
Navarro, que se desempeña en el Hospital de Niños “Orlando Alassia”, cuenta que atienden en promedio 2 consultas por día de siniestros viales, de los cuales el 50 por ciento requiere más de un día de internación y un 10% es derivado a Terapia Intensiva. La situación se replica en el plano nacional, por eso desde la SAP alertan que “las lesiones por siniestros viales constituyen la primera causa de muerte y de secuelas graves en niños y jóvenes", por eso recomienda utilizar todas las medidas de seguridad para los traslados en vehículos.
“Todo niño cuya estatura no supere el metro y medio de altura, debe usar un Sistema de Retención Infantil (SRI). En la Argentina, según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, -en promedio en todo el territorio nacional- sólo el 50 por ciento de los niños menores de 4 años utiliza el SRI”, afirma Navarro.
Nadie dijo que sea simple
Como muchas cuestiones que tienen que ver con la crianza, sentar a un recién nacido en un Sistema de Retención Infantil, con al menos 48 horas de vida, no es tarea sencilla. “Que un niño aprenda a usar su silla y se acostumbre a viajar en ella, es responsabilidad de los adultos y como en muchos otros temas, no existe la receta perfecta para hacerlo sin que la criatura llore o muestre resistencia”, explica Ana Belén Ehuletche, del equipo de Mamás y Niños Seguros.
“Lo que sí sabemos por propia experiencia y por estudiar la conducta de los niños en sus distintas etapas de desarrollo, es que aprenden y toman a los adultos como referentes. Por eso, con empatía y de forma amorosa, si somos perseverantes y nos tomamos el tiempo que los niños requieran para adaptarse a viajar en su sillita, comenzando por viajes cortos y correctamente ubicados para que las correas no molesten, lo incorporan y en poco tiempo no encontrarán otra forma más que en su propia silla para viajar en auto”, agrega.
En ese sentido Magalí Laboret, del equipo de MyNS, comenta que, con la llegada de mellizos, a los 3 años de su primera hija, tuvo que investigar e informarse para saber cómo trasladar seguros a sus 3 pequeños en el auto: “fue todo un desafío, como todo lo que tiene que ver con la maternidad, lactancia, sueño, alimentación complementaria, ¡todo cuando somos padres y madres implica un esfuerzo! Los bebés se toman su tiempo para aprender a caminar o a comer, lo mismo para dejar los pañales. Los padres estamos cerca para guiar, acompañar y alejarlos de los peligros”.
“Si lo adultos entendemos que el Sistema de Retención Infantil es un elemento básico de seguridad, así se los transmitiremos y ellos, ¡les aseguro!, lo aprenden para siempre!, cuenta.
Redacción: Mamás y Niños Seguros - ADISIV SAFE KIDS