CUANDO PASEA, TAMBIÉN LLEVALO SEGURO

2018-04-25

 

El cochecito para bebés o niños ha sufrido pocas modificaciones desde su invención en 1889, es un vehículo con ruedas que nos permite trasladar a los más pequeños evitando cargarlos a upa, sobre todo cuando aún no caminan. En algunos países, la fabricación y la venta de estos productos están legisladas y reglamentadas, pero en la Argentina, "no hay leyes que regulen la calidad y seguridad de los productos destinados a los niños", señaló Jorge Fiorentino, Jefe del Departamento de Urgencia del Hospital de Niños R. Gutérrez. En diálogo con Mamás y Niños Seguros, el pediatra y cirujano infantil recomendó cómo evitar lesiones y contribuir con el traslado seguro en todos los ámbitos donde nos movamos con niños.

 

 

Es cierto, el mundo en el que nacen hoy nuestros niños es muy distinto al que nos vio crecer. Cada vez hay más habitantes en las ciudades, se han formado grandes conglomerados y la calle, por donde todos en algún momento circulamos, presenta adversidades: andamios en las veredas; cortes por obras que nos obligan a bajar al pavimento; veredas angostas; cruces peligrosos; micros que invaden la senda peatonal; motociclistas apresurados; bicicletas con y sin sendas exclusivas; automovilistas estresados, y más.

Lo anterior es parte del entorno en el que circulamos a diario y por donde inevitablemente debemos trasladar a los más pequeños desde que apenas ven la luz del sol. Por eso, estos locos bajitos, que son los más vulnerables de la comunidad vial, necesitan de toda la atención por parte de los adultos. Lamentablemente el mundo desarrollado a veces deja márgenes de riesgo que, en un mínimo descuido, se pueden transformar en tragedia.

Así lo refleja el Consenso sobre mobiliario infantil seguro, elaborado por el Comité Nacional de Prevención de Lesiones al señalar que “diversos productos que se utilizan habitualmente para el sostén, el transporte o el entretenimiento de niños pequeños pueden causar lesiones no intencionales. En algunos países, la fabricación y la venta de dichos productos están legisladas y reglamentadas, y es obligatorio que los productos que se fabrican y venden se encuentren homologados según las normas existentes, que se actualizan periódicamente”.

En el caso de la Argentina, explica que “no hay leyes que regulen la calidad y seguridad de los productos destinados a los niños. Los productos homologados que existen en el mercado son importados y no pasan por controles nacionales. Existe, desde hace muchos años, el Instituto IRAM, que fija normas para diversos productos, entre ellos, cunas y, próximamente, sillitas para autos, pero su aplicación es voluntaria”.

“Es escalofriante saber que por ingenuidad o impericia podemos incurrir en un descuido que dañe lo que más queremos, y es mucho más común leer mensajes cálidos y cargados de ternura cuando hablamos de bebés, pero está claro que los peligros existen por eso debemos conocerlos para poder evitarlos”, opinó Axel Dell`olio, titular de la Asociación para la Disminución de Siniestros Viales (ADISIV)

En diálogo con Mamás y Niños Seguros, Jorge Fiorentino, pediatra, cirujano infantil y médico legista, Jefe de Urgencias del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría y uno de los autores del Consenso, agregó consejos en torno al traslado de bebés en transporte público y recordó que “la indicación general es que recién nacidos hasta 6 meses o más, sobre todo cuando nacen en invierno, no sean expuestos a contextos masivos por el riesgo de contraer algún virus”, y puso el foco en los subtes, trenes o colectivos, más aún, en hora pico.

También alertó que “el humo de los vehículos es mucho más nocivo para los que circulan más cerca del piso”, en referencia a los niños pequeños que ya caminan de la mano.


Los riesgos existen, mejor evitarlos

Al referirse a los cochecitos, los pediatras autores del Consenso sobre mobiliario infantil seguro, inician por lo básico: leer el manual de instrucción “para asegurar un armado y uso seguro para el pasajero”. Luego advierten sobre las posibles lesiones y cuentan que en Estados Unidos, entre 2007 y 2009, un promedio de 12 niños por año murieron por lesiones relacionadas con cochecitos de bebes y muchas de esas muertes ocurrieron cuando los bebes se quedaron dormidos con el respaldo de la silla de paseo en la posición reclinada.

“Pueden resbalar hacia adelante a través de una abertura de las piernas hasta que la cabeza quede atrapada y estrangularse. Esto es posible porque los bebes solo de unas pocas semanas de edad pueden deslizarse o moverse cuando están dormidos”, explica el documento.

En nuestro país no existe un registro estadístico pero los profesionales coinciden en que entre las principales lesiones se presentan casos de estrangulación, asfixia, traumatismos múltiples (especialmente, de cráneo), lesiones o amputaciones parciales o totales de dedos, incapacidad ventilatoria, lesiones en la piel, aplastamiento, quemaduras (por estacionamiento del cochecito en las cercanías de fuentes de calor o por el desplazamiento del cochecito por un desnivel o el empuje de otro niño hacia fuentes de calor) e insuficiencia ventilatoria por mala posición del niño en el cochecito, en especial, cuando está dormido o por objetos agregados a él (juguetes, bolsas de compras, abrigos…).

Partiendo de que el cochecito es un medio de transporte el documento elaborado por el Comité de Prevención de Lesiones remarca la importancia de utilizar los arneses de seguridad cada vez que lleve al niño. “El cochecito es un elemento para el traslado fuera de la casa, por tanto, el niño debe estar siempre bajo supervisión directa, pues cualquier otro escenario que no sea el doméstico implica que no hay condiciones de seguridad controladas”, sostiene el texto.

Y aclara que “la circulación en distintos escenarios debe estar acompañada de un adecuado manejo del cochecito por parte de un adulto que no tenga limitaciones en su movilidad, quien tiene que intentar que se desplace sobre superficies lisas que permitan la adecuada circulación”.

Los pediatras destacan la necesidad de precaución al moverse por superficies con desniveles o inclinadas, supervisar que los frenos tanto en cuesta como en una superficie plana funcionen correctamente con el peso del niño adentro y marcan que “siempre debe estar al lado del adulto; nunca delante de él a la espera de cruzar la calle”.

Fiorentino explicó también que al cruzar las calles, se deben tener las mismas precauciones que las de cualquier vehículo: “espere en la vereda; no baje el cochecito del bebe a la calle hasta no tener habilitado el paso; nunca anteponga el coche del bebe al tráfico”; y agrega no separar demasiado el coche del cuerpo del que lo maneja “para no aumentar tanto la superficie de impacto y facilitar la maniobrabilidad”.

Junto con recomendar circular exclusivamente por la vereda, como los peatones en general, cuando se circula con un coche de bebe, también se debe cruzar por la senda peatonal, cuando el semáforo lo indique y “preferentemente, circule con el niño mirando hacia atrás (hacia la persona que empuja el cochecito) en lugar de ir mirando hacia adelante”, añadió el responsable de Urgencias en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Al entrar a un negocio, “controle que el niño no tome ningún objeto potencialmente peligroso (por ejemplo, que se pueda llevar a la boca)”, apuntan e insisten en no desatender al niño durante el traslado ya que “se puede mover, desplazar, caer, obstruir la nariz con la ropa o los accesorios del cochecito”.

Entre otros consejos, sugiere levantar el cochecito al subir escalones; no usarlo en escaleras mecánicas; colocar los protectores de acuerdo con las condiciones climáticas. Y, al dejar el coche con el niño adentro, “estacionado”, asegurarse de que tenga un sistema de frenado de las ruedas; no dejarlo expuesto al sol; no sobreabrigarlo y lejos de elementos que puedan comprometer la adecuada ventilación del niño.

“No deje colgantes –suma el documento- que puedan favorecer la autoestrangulación. Vigile la posibilidad de lesiones con elementos externos al cochecito, como animales, otros hermanos, etc. La vigilancia debe ser continua, más allá de que el niño se encuentre dormido o despierto”.

Al retirarlo es importante asegurarse de no realizar movimientos bruscos y acompañar la cabeza y el tronco, con el cochecito frenado. “Siempre lo debe retirar un adulto, para esto, libere la fijación, controle que los miembros no queden atrapados, tome firmemente al niño y retírelo sosteniendo la cabeza en los más pequeños”, señala el informe.

En el caso de los deambuladores se debe tener mayor cuidado de que, al bajarlo del coche (mientras se está plegando el cochecito para guardarlo), no se vaya corriendo a la calle y mantenerlos lejos mientras pliega o abre el cochecito porque pueden lesionarse los dedos durante este proceso.

Los profesionales proponen no sobrecargar ni colgar bolsas en las manijas “porque pueden desequilibrarlo y provocar un vuelco hacia atrás cuando el niño está sentado”; tampoco utilizar almohadas, colchas dobladas o mantas como colchón “porque pueden provocar asfixia”.

Mientras que si utiliza una plataforma con ruedas (enganchada a la parte posterior para que otro niño se suba a ella), se debe comprobar que esté correctamente enganchada y pueda soportar su peso; siempre verificar que “el peso del niño sea acorde (en general, no se debe exceder el peso de 30 kg) y, en la canasta del coche, no lleve más de 3 kg”.

El completo informe finaliza recomendando que no sea otro niño el que mueva el cochecito, que los niños no permanezcan “todo el tiempo” en él y evitar que el niño coma o beba mientras circula en el cochecito. COCHECITOS: CONSEJOS PARA ELEGIR LA MEJOR OPCIÓN... CONTINUAR LEYENDO

Por Ana Belén Ehuletche